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martes, 9 de febrero de 2010

Sympathy for the Devil - pena por el diablo

Sympathy for the Devil

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«Sympathy for the Devil»
Canción de The Rolling Stones
álbum Beggars Banquet
Publicación 6 de diciembre de 1968
Grabación junio de 1968 en los Olympic Studios de Londres, Inglaterra
Género Rock
Duración 6:18
Discográfica Decca / London Records (EEUU), ABKCO Records (en la actualidad)
Escritor(es) Mick Jagger, Keith Richards
Productor(es) Jimmy Miller
Lista de canciones de Beggars Banquet

«Sympathy for the Devil»
(1)
«No Expectations»
(2)
Lista de pistas de Shine a Light
«Connection»
(13)
«Sympathy for the Devil»
(14)
«Live With Me»
(15)
Lista de pistas de Forty Licks
«Have You Seen Your Mother Baby?»
(10)
«Sympathy for the Devil»
(11)
«Mother's Little Helper»
(12)

«Sympathy for the Devil» (en castellano: «Compasión por el diablo») es una canción de la banda británica de rock The Rolling Stones. Fue escrita por el cantante del grupo Mick Jagger[1] inspirándose en la novela de Mijaíl Bulgákov El maestro y Margarita, que llegó a sus manos a través de su novia de ese tiempo: la actriz y cantante Marianne Faithfull.[2] [3] El propio autor mencionó que también pudo haberse inspirado en algún escritor francés, tal vez en Baudelaire, aunque algunas estrofas se asemejan a The Devil and Daniel Webster, de Stephen Vincent Benét. Su grabación se produjo a principios de junio de 1968 bajo la producción del estadounidense Jimmy Miller y en ella participaron como voces invitadas Marianne Faithfull y Anita Pallenberg. Se lanzó el 6 de diciembre de 1968 como la pista inicial del álbum Beggars Banquet.

En la letra, Mick Jagger interpreta a un misterioso personaje que se resiste a dar su nombre y que reclama ser la principal fuerza motora que está detrás de todos los actos de maldad que han tenido lugar a lo largo de la historia de la humanidad, citando sucesos como la Revolución rusa y el asesinato de la familia Romanov, la Segunda Guerra Mundial o el asesinato de Robert y John F. Kennedy. En el apartado musical, destaca el papel protagonista del bajo, tocado por el guitarrista del grupo Keith Richards, y la batería; la adición de congas y maracas le dio un sonido tribal a la composición. Aunque no fue editada como sencillo, su aparición en Beggars le propició a la banda británica numerosos problemas al ser sus miembros acusados de adoradores de Satanás.[3]

Es considerada por la crítica musical como una de las mejores grabaciones de la banda y una de las mejores de la historia del rock: así, en el año 2004 la revista Rolling Stone incluyó a la canción en el puesto 32 en su de Las 500 canciones más grandes de la historia,[4] mientras que la cadena televisiva estadounidense VH1 la puso en el número 26 en su lista de Las 100 canciones más grandes de rock and roll.[5]

La grabación también da título a la película de 1968 de Jean-Luc Godard (aunque también llamada One Plus One en Europa); en ella se produce una descripción de la contracultura estadounidense de finales de los años sesenta mezclada con escenas de los Stones grabando «Sympathy».

Contenido

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Historia [editar]

Antecedentes [editar]

Después del fracaso que significó su álbum Their Satanic Majesties Request de 1967, The Rolling Stones se tomaron unas vacaciones. A principios de 1968 el cantante de la agrupación, Mick Jagger, decide que la banda debe reforzar la producción de sus discos de estudio. Jagger charló con el ingeniero de sonido Glyn Johns por lo que Johns le recomendó a Jimmy Miller, quien había trabajado anteriormente con The Spencer Davis Group y Traffic.

Jagger vino a mi después de Satanic Majesties y me dijo Conseguiremos un nuevo productor, y le dije OK, de acuerdo. Me dijo, Conseguiremos a un americano. Y pensé Oh dios mio, es lo que me faltaba. No pienso que mi ego pueda sopertar que algún tipo con sangre Yankee venga aquí y me diga que sonido debo sacar de The Rolling Stones. Así que le dije ¡Conozco a alguien! Se que hay uno en Inglaterra y es fantástico, y sólo había hecho el álbum de Traffic: Jimmy Miller. Y fue un buen antecedente, su primer disco fue con Traffic. Es un chico agradable, lo conocía, estaba en el estudio de a lado, Estoy seguro que lo hará fantástico.... Jagger conoció a Jimmy Miller y le dio el trabajo y la primera cosa que Jimmy Miller hizo [entre risas] fue despedirme. Porque el tenía a Eddie Kramer como ingeniero. Y, naturalmente, quería utilizar a su propio ingeniero, su hombre de confianza.
Glyn Johns, 1982

Una noche Mick se comunicó con Miller diciéndole que le «había encantado su trabajo con Traffic» y después de unos minutos le preguntó que si le gustaría producirles su nuevo álbum, cosa que el productor aceptó de inmediato. La publicación de Beggars Banquet en 1968 supuso la primera de las colaboraciones del grupo con Miller, que produciría hasta 1972 los cuatro álbumes de estudio del periodo intermedio de los Stones (Beggars Banquet, Let It Bleed, Sticky Fingers y Exile on Main St.), considerados la cumbre de su carrera.[6] Jagger en ese entonces comenzó a adentrarse a los círculos de intelectuales ingleses de su época por lo que según él, «lo alejó de las drogas e incrementó su creatividad».

...Lo grabamos en Londres y yo me había instalado en una casa alquilada, en Chester Square. Estaba viviendo con Marianne Faithfull. ¿Todavía estaba con ella? Sí. Y estaba escribiendo un montón, leyendo mucho. Me estaba educando a mí mismo. Leía un montón de poesía. Leía mucha filosofía... Era muy sociable, siempre juntándome con el grupo de Robert Fraser [el dueño de una galería de arte]. Y no estaba consumiendo tantas drogas como para que me complicaran el proceso creativo. El de 1968 fue un período muy bueno... Había algo bueno en el aire. Fue un período creativo para todo el mundo.[1]
Mick Jagger, 1995

Inspiración [editar]

En esas tardes que Jagger se la pasaba leyendo poesía, una vez le llegó a sus manos la novela El maestro y Margarita del escritor soviético Mijaíl Bulgákov, regalo de su novia en ese entonces, la cantante y actriz británica Marianne Faithfull.[7] [8] A pesar de ello, el propio autor ha sugerido que pudo haberse inspirado en otras obras:

...Creo que lo saqué de una vieja idea de Baudelaire. Creo, pero puedo estar equivocado. A veces, cuando hojeo mis libros de Baudelaire, no la encuentro por ninguna parte. Pero, en todo caso, fue una idea que saqué de la literatura francesa. Y sólo tomé un par de líneas y las expandí.[1]
Mick Jagger, 1995

Aunque algunas estrofas también parecen asemejarse a un pasaje de la obra The Devil and Daniel Webster, de Stephen Vincent Benét. La canción fue escrita en su totalidad por el cantante pero es acreditada como «Jagger/Richards» debido a que el guitarrista le sugirió a Mick que le dieran otro ritmo, originalmente tenía un sonido folk similar al de Bob Dylan.

Grabación [editar]

La grabación de la primera canción de Beggars Banquet comenzó en los Olympic Studios de Londres, Inglaterra el 5 de junio de 1968 y continuó el día siguiente. Las sesiones finales tuvieron lugar los días 8, 9 y 10 de junio. Inicialmente la grabación nació como una canción folk con algunas piezas acústicas, pero con ligeros destellos originados en los ritmos brasileños, la banda la interpretó de distintas formas para observar cual ritmo era el idioneo para la canción.[1] Su peculiar instrumentación estuvo integrada por el músico africano Rocky Dijon dándole un ritmo de samba en la sección de percusión tocando las congas, en la que también participó el multi-instrumentista de la banda Brian Jones. Keith Richards, guitarrista principal de los Stones, no sólo se encargó del solo de la guitarra eléctrica, sino también del bajo, instrumento que se convirtió en el auténtico guía de la pieza. Sustituyó así en su puesto a Bill Wyman, que se hizo cargo de las maracas. Por su parte, Nicky Hopkins se ocupó del piano. Finalmente, las voces de fondo contaron con la participación de Keith, Brian Jones y Anita Pallenberg;[9] aunque cabe señalar que en la película de Jean-Luc Godard se muestra en las voces de fondo a Marianne Faithfull, Anita Pallenberg, Brian Jones, Charlie Watts, el productor Jimmy Miller, Bill Wyman y Keith Richards. Éstos últimos, junto con la percusión y los chillidos de Jagger contribuyen a crear un convincente ambiente de rito satánico primitivo.

Cabe señalar que Sympathy for the Devil también es el título de una película de 1968 de Jean-Luc Godard (titulada One plus One en Europa) acerca de la contracultura americana de finales de los sesenta. La película muestra el proceso de grabación del tema por parte de los Stones.

...Y se la puede ver en esa película que filmó Godard, Sympathy for the Devil [originalmente titulada One Plus One], que tiene mucho de casualidad, porque Godard quería hacer una película sobre nosotros, filmarnos en el estudio. Quiero decir, no podría pasar ahora, tener a alguien tan interesante como Godard. Y tan malhumorado. Por casualidad estábamos grabando justo esa canción. Podríamos haber estado grabando «My Obsession», pero era «Sympathy for the Devil». Y se convirtió en el tema de la película.[1]
Mick Jagger, 1995

El tema ha estado presente en varios de los discos en directo del grupo, destacando especialmente la versión incluida en Get Yer Ya-Ya's Out!, grabado en noviembre de 1969. También estaba incluido en el especial para televisión que el grupo preparó para promocionar el disco, titulado The Rolling Stones Rock and Roll Circus. No obstante, la actuación del conjunto durante la grabación del mismo no convenció a sus integrantes, con lo que el proyecto quedó aparcado y no vería la luz hasta el año 1996.[10]

Canción [editar]

Letra y polémica [editar]

«Sympathy for the Devil» es una pista distinta a la mayoría de las composisiones rock habituales, debido a que su temática no gira alrededor de las relaciones sexuales o los problemas amorosos, muy recurrentes en este género. Aunque la composición está firmada por el binomio Jagger/Richards, fue principalmente obra del primero.[11] Mick Jagger canta la letra en primera persona, desempeñando el papel de un Lucifer en apariencia educado, correcto y con buen gusto. De hecho, la canción empieza con los versos:

Please allow me to introduce myself
I'm a man of wealth and taste
Por favor, permíteme que me presente,
soy un hombre rico y con clase

Este comienzo refleja la inspiración en la obra de Bulgákov, pues el libro empieza de modo similar: «- Por favor, discúlpeme, -dijo, hablando correctamente pero con un acento extranjero, -por atreverme a hablar con usted sin presentarme». A pesar de estos buenos modales, el diablo enseguida pasa a relatar las infamias que ha cometido en el transcurso de la historia de la humanidad. La corrección y la ambigüedad se revelan entonces como uno de los múltiples ardides o disfraces con los que encubre sus acciones y confunde a los hombres. Así, el tema termina con el demonio pidiendo al oyente que lo trate bien, con comprensión y respeto, para de inmediato afirmar que lo contrario supondrá su condenación:

If you meet me, have some courtesy,
Have some sympathy,
and some taste;
Use all your well-learned politesse,
Or I'll lay your soul to waste
Si me conoces, ten algo de cortesía,
ten algo de compasión,
y algo de buen gusto
Usa toda tu bien aprendida educación
o destruiré tu alma

En la época de publicación del álbum, los Stones ya habían desatado críticas a causa de letras sexualmente explícitas, como fue el caso de «Let's Spend the Night Together». También se habían producido las primeras acusaciones de satanismo, debido a que su anterior álbum se titulaba Their Satanic Majesties Request (aunque las letras de sus canciones no contenían referencia satánica alguna). «Sympathy for the Devil» volvió a traer estas críticas a primer plano, desencadenando rumores entre los medios de comunicación y temores entre los grupos religiosos. Estos rumores afirmaban que los miembros del grupo eran adoradores del diablo y que suponían una perversa influencia para los jóvenes. No obstante, debe señalarse que una de las posibles interpretaciones de la letra es que «el diablo» es de hecho un miembro más de la humanidad.[12] Así, en la pieza se relata algunas de las mayores atrocidades cometidas por los hombres contra sus propios semejantes. Entre ellas se encuentra que estuvo presente en la crucifixión de Jesucristo, en ella no sólo menciona el dolor que experimentó, la tortura del hijo de Dios no se limitó a torturarlo sino que también se aseguró que intervino para que Poncio Pilato sellara su destino:

I was around when Jesus Christ
had His moment of doubt and pain
Made damn sure that Pilate
washed his hands and sealed His fate.
Estaba ahí cuando Jesucristo
tuvo su momento de duda y dolor
me aseguré que Pilatos
se lavara sus manos y sellara su destino

Se incluye una aparente mención a la Guerra de los Cien Años (que parece referirse en realidad a la Guerra de los Treinta Años),

I watched with glee
while your kings and queens
fought for ten decades
for the Gods they made.
Observé con alegría
como tus reyes y reinas
luchaban durante diez décadas
por los dioses que ellos mismos habían creado

a la Revolución rusa de 1917:

I stuck around St. Petersburg
when I saw it was a time for a change,
killed the Tsar and his ministers
Anastasia screamed in vain.
Andaba por Petrogrado
cuando vi que era el momento de un cambio
maté al Zar y sus ministros
Anastasia gritó en vano

y a la Segunda Guerra Mundial:

I rode a tank,
held a general's rank
when the Blitzkrieg raged
and the bodies stank.
Conduje un tanque,
tuve el rango de General
cuando la guerra relámpago rugía
y los cuerpos apestaban

La letra también incluye referencias a las muertes de John y Robert Kennedy. La última ocurrió mientras se estaba grabando el álbum, obligando a cambiar la frase «Who killed John Kennedy?» («¿quién mató a John Kennedy?») por «Who killed the Kennedys?» («¿quién mató a los Kennedy?»).[13] [12]

Bajo ese prisma diferente, la canción podría reinterpretarse como una crítica a la inmoralidad de la propia humanidad o a su hipocresía al levantar una figura metafórica del mal en lugar de buscarlo en su interior. En una entrevista con la revista Creem, Jagger reflexionaba sobre la polémica y afirmaba que le extrañó que se les tildase de adoradores del diablo por tan sólo una canción («no se trataba de un álbum lleno de signos ocultos en el dorso»).[3] En otra entrevista a la revista Rolling Stone se refiere al contenido de la canción:

...Y eso no tenía nada que ver con lo que yo había querido decir [sobre las acusaciones de satanismo en la letra]. El tema de la canción no era la magia negra ni todas esas estupideces... como Megadeth o cualquiera de esas cosas que vinieron después. Era diferente. Antes habíamos jugueteado con esa imaginería... que era Satanic Majesties..., pero no estaba puesto en palabras...Lo que quiero decir es que no era lo que yo pretendía con «Sympathy for the Devil». Si uno lee bien la letra, no tiene nada que ver con la magia negra en sí.[1]
Mick Jagger, 1995

La controversia acerca del tema pudo haber sido todavía mayor de no ser porque el primer sencillo del álbum, «Street Fighting Man» levantó más polémica todavía. La canción fue publicada junto con «No Expectations» en agosto de 1968, año del asesinato de Martin Luther King, en el que tuvieron lugar en Estados Unidos numerosas revueltas raciales y protestas contra la Guerra de Vietnam (como la que tuvo lugar aquellos días en la Convención Demócrata). En este contexto, la canción fue acusada de incitar a la subversión, sufriendo el boicot de varias emisoras de radio, lo que obligó a la discográfica encargada de su distribución en Estados Unidos, London Records, a retirarla de la circulación.[14]

En diciembre del año 1969, la canción volvería al ojo del huracán tras el concierto gratuito que el grupo ofreció en Altamont, California. Lo que pretendía ser la respuesta al Festival de Woodstock acabó convertido en un caos debido a la contratación de una banda de motoristas, los Ángeles del Infierno, como encargados de la seguridad. Mientras el grupo interpretaba «Sympathy for the Devil» comenzó un altercado delante del escenario, que acabaría con la muerte del joven Meredith Hunter a manos de los Ángeles. Aunque en realidad la muerte se produjo mientras el grupo interpretaba «Under My Thumb»,[15] [16] «Sympathy» fue el tema que se vio salpicado por esta tragedia, lo que llevó al grupo a no volver a interpretarlo durante ocho años.

Música [editar]

«Sympathy» del mismo modo es distinta también en la instrumentación, no coincide con una canción de rock. No se compone de los ritmos de cuatro tiempos (4/4) básicos de este género, esta es propulsada principalmente por el bajo y seguida por la batería. Abre con percusiones a un ritmo de samba, tapado por los Tom-toms, al que lentamente se le van añadiendo las congas y las maracas.[17] Con un ambiente selvático, Jagger grita en falsetto simulando a un chimpancé, y se sigue repitiendo por un tiempo prolongado. El sonido se va haciendo más tribal mientas más avanza el ritmo, a manera de una fiesta vudú o una ceremonia de sacrificio en lo profundo del África, a lo que el interprete gruñe y súbitamente. Antes de comenzar las cuatro primeras líneas, el bajo hace su aparición, creando con las percusiones de fondo un ambiente pacífico, distinto al que dominaba a principios de la canción. El bajo no es usado para tocar un riff repetitivo, en lugar de ello Richards improvisa hasta que aparece la voz del diablo con un refinado acento inglés: Please allow me to introduce myself...[17]

Durante el trascurso del primer verso y del coro Hopkins realiza acordes con el piano con cierta discreción, siguiendo el ritmo templado de la pieza; sin embargo, cuando el bajo vuelve a tomar la batuta, aumentando al doble de su velocidad anterior, al inicio de la segunda estrofa, Hopkins se acelera, improvisa y su instrumento se conecta con las agitadas percusiones, yendo de la mano con la anarquía que se refleja en la letra que nos habla del asesinato de zar y de la guerra relámpago. Para este momento el piano comienza a tomar tintes de blues y gospel.[18] Conforme la interpretación prosigue, la voz de Jagger va tornándose más agresiva, más enfadada y despierta con los horrores que relata en la canción.[18] En la tercera estrofa se escucha el “whoo, whoo” al final de cada línea, en una estrofa interpretada con una sencilla voz infantil, añadiéndole un fantasmal estribillo que alarga el violento ritmo de los instrumentos. La interpretación de Jagger se torna tensa quebrantando su voz cada vez que se entona cada palabra. Keith arrebata el cuarto verso con su serpentiante solo de guitarra que representa en cierta forma el caracter anárquico y cambiante de la canción. Finalizando se regresa a la educada voz de Jagger para cerrar con la última estrofa y el coro acompañado de un extensa improvisación de bajo, percusión, guitarra, coros y piano. Durante esta última parte la voz de Mick y la guitarra de Keith se enfrentan, haciendo eco una contra otra, persiguiéndose furtivamente hasta el fade-out con un Jagger en un rasgado falsetto preguntando continuamente Can you guess my name?.

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