Elie
Smilovitz es licenciado en Periodismo y Comunicación por la Universidad
Carlos III de Madrid, MBA por el Centro de Estudios Económicos y
Comerciales de España, colaborador habitual en medios de comunicación
nacionales e internacionales y emprendedor.
La época en la que una persona llegaba a comprar un coche o una casa con una maleta llena de billetes llega a su fin. A partir de ahora, la Ley Contra el Lavado de Dinero obligará a reportar a la autoridad cualquier transacción que supere los 33 mil 500 0 42 mil pesos aproximadamente, según sea el caso.
Al Congreso de la Unión le ha tomado más de dos mil días aprobar una ley, cuyo objetivo es impedir que grandes cantidades de dinero procedentes de negocios ilegales sean inyectadas en el mercado mediante la compra de joyas, obras de arte, coches, casas o incluso apuestas, entre otros canales.
La nueva ley es una razón poderosa para que quienes acostumbran a guardar el dinero ‘debajo del colchón’, comiencen a utilizar otros métodos de ahorro.
Esta ley va a impulsar la bancarización del país, es decir, que las personas contraten servicios financieros. En México cuatro de cada 10 personas carecen de servicios de este tipo y, por tanto, de acceso al mercado de crédito. Y no hay que olvidar que en muchas ocasiones el crédito es la palanca que necesita un emprendedor para poner en marcha un negocio, o la financiación que precisa un joven para poder estudiar en la universidad, la ventaja que requiere una familia para comprar un bien duradero o la inyección de recursos que las empresas utilizan para crecer.
Si bien los bancos no son los únicos responsables de otorgar crédito, pues no hay que dejar de lado a los intermediarios financieros no bancarios, a los fondos de capital privado, de pensiones y a otras instituciones, cuya materia prima es el capital. Una sociedad más bancarizada también es más transparente. Y la transparencia refleja mayor madurez económica y social, por eso es una característica propia de las naciones más desarrolladas.
Llegar al punto en donde podremos pagar cualquier cosa con nuestra tarjeta de débito o crédito, o bien, con nuestro smartphone no será posible mientras la cultura del efectivo siga arraigada en nuestros hábitos, y la nueva ley promueve el uso de medios electrónicos de pago en detrimento del efectivo
Economía sumergida
Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), cada año se lavan más de 10 mil millones de dólares en México. Aunque un servidor ha consultado a expertos en este tema que aseguran que esa cantidad podría ser muy superior. No hay que olvidar que 14 millones de mexicanos en edad de trabajar lo hacen en la informalidad y que no se sabe a ciencia cierta a cuánto equivale el flujo de dinero de la economía sumergida. Es decir, la que no paga impuestos, ni rinde cuentas de ningún tipo a las autoridades.
Así, la Ley Contra el Lavado de Dinero es un paso adelante en la transición hacia una economía más desarrollada y, aunque aún caben varias dudas sobre su aplicación, por ejemplo, la manera en que los comercios deberán reportar las operaciones en efectivo o el momento en que deben comenzar a hacerlo, su aprobación es un avance en la dirección correcta.
No te sorprendas si, a partir de ahora, al intentar comprar un bien caro en efectivo, los vendedores te exigen más datos de los que solían pedirte antes.
¿Utilizas el efectivo para comprar artículos con un valor superior a los 35 mil pesos? ¿Estarías dispuesto a dar más información sobre tu persona o negocio para poder comprar ese tipo de artículos en efectivo?
Al Congreso de la Unión le ha tomado más de dos mil días aprobar una ley, cuyo objetivo es impedir que grandes cantidades de dinero procedentes de negocios ilegales sean inyectadas en el mercado mediante la compra de joyas, obras de arte, coches, casas o incluso apuestas, entre otros canales.
La nueva ley es una razón poderosa para que quienes acostumbran a guardar el dinero ‘debajo del colchón’, comiencen a utilizar otros métodos de ahorro.
Esta ley va a impulsar la bancarización del país, es decir, que las personas contraten servicios financieros. En México cuatro de cada 10 personas carecen de servicios de este tipo y, por tanto, de acceso al mercado de crédito. Y no hay que olvidar que en muchas ocasiones el crédito es la palanca que necesita un emprendedor para poner en marcha un negocio, o la financiación que precisa un joven para poder estudiar en la universidad, la ventaja que requiere una familia para comprar un bien duradero o la inyección de recursos que las empresas utilizan para crecer.
Si bien los bancos no son los únicos responsables de otorgar crédito, pues no hay que dejar de lado a los intermediarios financieros no bancarios, a los fondos de capital privado, de pensiones y a otras instituciones, cuya materia prima es el capital. Una sociedad más bancarizada también es más transparente. Y la transparencia refleja mayor madurez económica y social, por eso es una característica propia de las naciones más desarrolladas.
Llegar al punto en donde podremos pagar cualquier cosa con nuestra tarjeta de débito o crédito, o bien, con nuestro smartphone no será posible mientras la cultura del efectivo siga arraigada en nuestros hábitos, y la nueva ley promueve el uso de medios electrónicos de pago en detrimento del efectivo
Economía sumergida
Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), cada año se lavan más de 10 mil millones de dólares en México. Aunque un servidor ha consultado a expertos en este tema que aseguran que esa cantidad podría ser muy superior. No hay que olvidar que 14 millones de mexicanos en edad de trabajar lo hacen en la informalidad y que no se sabe a ciencia cierta a cuánto equivale el flujo de dinero de la economía sumergida. Es decir, la que no paga impuestos, ni rinde cuentas de ningún tipo a las autoridades.
Así, la Ley Contra el Lavado de Dinero es un paso adelante en la transición hacia una economía más desarrollada y, aunque aún caben varias dudas sobre su aplicación, por ejemplo, la manera en que los comercios deberán reportar las operaciones en efectivo o el momento en que deben comenzar a hacerlo, su aprobación es un avance en la dirección correcta.
No te sorprendas si, a partir de ahora, al intentar comprar un bien caro en efectivo, los vendedores te exigen más datos de los que solían pedirte antes.
¿Utilizas el efectivo para comprar artículos con un valor superior a los 35 mil pesos? ¿Estarías dispuesto a dar más información sobre tu persona o negocio para poder comprar ese tipo de artículos en efectivo?
¿Utilizas el efectivo para comprar artículos con un valor superior a los 35 mil pesos? ¿Estarías dispuesto a dar más información sobre tu persona o negocio para poder comprar ese tipo de artículos en efectivo?
Para saber más:
Pros y contras de la Ley Contra el Lavado de Dinero
Los escándalos de lavado de dinero más cuantiosos de la historia
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